El ser humano siempre ha sido curioso por naturaleza. Dicha actitud lo ha llevado a plantearse una serie de preguntas (mayéutica, lo llamaba Sócrates) sobre distintos temas que abarcan desde su relación con el universo y la naturaleza que lo rodea hasta su relación con los otros, y el lugar que él ocupa entre ellos (cuestión de identidad y de sentido de pertenencia, de comunidad) pasando por muchos más.
Las respuestas a estas interrogantes han quedado plasmadas, por ejemplo, en los libros. Pero no solo ahí, sino también en los artículos científicos.
Los artículos científicos se publican en revistas científicas, que son publicaciones periódicas en formato impreso o digital. Su estructura inicia con el título, elemento obligatorio, pues de lo contrario no podrá indexarse ni ser citado. Además, este debe indicar de manera precisa el contenido del artículo. Posteriormente, debe incluir un resumen, que es una formulación abreviada y ajustada de los contenidos, la cual está limitada a 250 palabras como máximo. Tras el resumen, la International Standardization Organization (ISO) aconseja incluir de tres a diez palabras clave. En el cuerpo del artículo, se deberá seguir un plan lógico y claro marcado por la estructura IMRD: introducción, métodos, resultados y discusión; esta estructura es la adecuada para los trabajos de investigación. En la introducción se incluyen los objetivos. En métodos se da a conocer en detalle la manera en que fue realizado el trabajo, a tal grado que el lector pueda ser capaz de replicarlo. Los resultados son precisamente eso, resultados obtenidos de la investigación, sin que sobre ellos se manifieste parecer alguno. Los comentarios sobre lo observado se dejan para la sección de discusión. En ella se pueden incluir las opiniones que los autores tienen sobre las razones por las que se obtuvieron dichos resultados. También pueden compararse estos con los obtenidos en otras investigaciones similares y emitir juicios sobre esas diferencias o similitudes. Por último, se adjuntan las referencias. Respecto a estas, cabe destacar que existe se recomienda emplear la norma ISO-690.
Pero no todo debe quedar ahí, lo más conveniente es que toda esta información surgida de la investigación se divulgue y que la conozcan tanto quienes se desempeñan en el ámbito académico como la ciudadanía en general. La divulgación científica es imprescindible ya que, gracias a ella, la sociedad está más consciente de los avances de la ciencia, cuyas consecuencias no siempre son positivas, por lo que habrá que debatir y, si es necesario, marcar un límite, lo cual requiere estar informado. He ahí el porqué es fundamental también el papel que desempeñan las revistas de divulgación, como Ciencia y Desarrollo (del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) y Ciencia (de la Academia Mexicana de Ciencias) a través de las cuales se conoce y se comprende lo que cada disciplina hace, sus logros, los cuales se pueden evaluar y someter a un juicio.
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